¿Qué es un masaje erótico?

Podríamos asegurar que los masajes son tan antiguos como el ser humano mismo, pues el propio Hipócrates, famosísimo médico de la antigua Grecia, afirmaba que “la mejor manera de alcanzar una buena salud era un baño aromatizado y un masaje oleoso cada día”, frente a lo cual no tenemos el más mínimo desacuerdo. Sin embargo, no existe información precisa de sus orígenes ni de cuándo los masajes tradicionales trascendieron hasta el punto de convertirse en el pilar del erotismo y el placer.

La mayoría de las personas suelen relacionar el erotismo con el sexo, el sexo que nos ha vendido por décadas y de muy mala manera el mundo de la pornografía; y es allí donde es importante resaltar la diferencia entre esas dos palabras que siguen siendo tabú en nuestra sociedad, y si bien hay una línea muy delgada entre un masaje erótico y un encuentro sexual, sabemos que también esa misma línea marca una diferencia significativa entre ambos.

Un masaje erótico se asemeja al juego previo de cualquier encuentro sexual, pero no necesariamente debemos llegar hasta ese anhelado final para disfrutar de todas las sensaciones que nos provoca esa fuerte carga de sensualidad. Nos mueve el placer, y los masajes eróticos se han convertido en una técnica placentera de autoconocimiento, donde descubrimos y activamos las zonas más erógenas de nuestro cuerpo, zonas que muchas veces hasta nosotros mismos desconocemos. Del mismo modo, ese entendimiento de nuestro cuerpo nos ayudará a trabajar en esos miedos y complejos que nos suelen perturbar.

Cada parte de nuestro cuerpo es consentida con minuciosidad, convirtiendo al masaje erótico en una total intimidad. Ya sea que lo practiques con tu pareja o prefieras dejar el tema en manos de profesionales, anímate a explorar el mundo del erotismo desde un plácido masaje, donde no solo te beneficies de una relajación física sino que te proporcionen excitación y placer sensual.